En la historia reciente de España nunca ha habido un momento político tan mediático como el que estamos viviendo en estas semanas. Todo lo que ocurre se produce únicamente en el escenario de los medios. Desde los sondeos al festejo de apoyo a Artur Mas a la puerta del juzgado, pasando por la aparente crisis interna del PP. Todos los movimientos de los políticos están destinados únicamente a salir en los medios, y casi siempre solo para quitarle espacio al rival. Pero no está dicho, ni mucho menos, que el espectáculo cotidiano del titular de impacto o de la exclusiva televisiva refleje la dinámica política real del país. El día que esta salga a la luz más de uno podría llevarse una sorpresa.
Sobre el desmesurado protagonismo de los medios –que en Europa sólo es comparable al italiano-, caben algunas reflexiones. Una es una paradoja. La de que influya tanto un sector que lleva años en profundo declive, que por vía de los despidos ha reducido al mínimo sus plantillas y en el que buena parte de sus principales exponentes está poco menos que al borde de la quiebra. Sólo la hipótesis de que los medios están siendo más que nunca instrumentos de intereses ajenos a los mismos, o cuando menos los medios más potentes, puede explicar tal contradicción. CONTINUAR LEYENDO
Fuente: eldiario.es
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