Cada hogar español acogido al autoconsumo eléctrico mediante sus propias placas solares ahorra, de media, hasta 1,3 toneladas de CO2 liberadas a la atmósfera, uno de los gases responsables del efecto invernadero y el calentamiento global. Esa es la cantidad de dióxido de carbono que se asocia, según los cálculos del Ministerio de Industria, a la producción de electricidad de fuentes convencionales. Las renovables tienen una emisión nula.
El recientemente aprobado Real Decreto sobre la generación energética particular (al margen de las empresas comercializadoras), tiene sus efectos colaterales ambientales. España es el tercer país de la Unión Europea donde más han crecido las emisiones de efecto invernadero. De hecho, la Agencia Europea del Medio Ambiente ha reprendido al país por no estar "ni siquiera en el camino" de alcanzar sus objetivos obligatorios para 2020.
La nueva normativa diseñada por el Ministerio de Industria –pasada por el Consejo de Ministros viernes pasado– ha sido especialmente analizada desde un punto de vista económico. Un, llamado por la oposición, "impuesto al sol" que desincentiva la creación de electricidad por medio, esencialmente, de placas fotovoltaicas privadas. El texto establece que aquellos que produzcan esta energía paguen peajes para mantener la red a la que estén enganchados. CONTINUAR LEYENDO
Fuente: eldiario.es
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