En la actualidad y en el ámbito de la política, se escucha por doquier la palabra “inevitable”, es un adjetivo que circula y domina la esfera pública. Los recortes, la política de austeridad, las restricciones, la reducción del sistema de bienestar, etc. son inevitables, dirían nuestros políticos. Parece que asistimos a una fuerte implantación del discurso de la inevitabilidad y ello conlleva una serie de consecuencias. Quien domina el discurso público, domina la esfera de lo futurible.
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