lunes, 4 de septiembre de 2017

Harta de ser mujer en Marruecos.Zubaida Boughaba.

Estoy harta de estar siempre por debajo del hombre ante la Ley, harta de esta gran desigualdad.

Estoy harta de no poder salir solo a la calle para dar un paseo, sin que los hombres me molesten. Harta de que, cuando nos ven solas por la calle, se comporten como lobos ante un cordero, no como verdaderos hombres.

Estoy harta de que todos me juzguen por dentro mirando solo la ropa que me pongo o no me pongo, mientras que el hombre puede vestir como quiera y nadie le critica.

Estoy harta de no poder ir a tomar un café tranquilamente a una terraza, mirando el cielo, mirando la vida pasar.

Estoy harta de que los hombres nos tapen el cuerpo, la cara, las manos, pero ellos no se tapan nada nunca o sólo si les apetece.

Estoy harta de que se nos exija llegar vírgenes al matrimonio, pero a ellos no. De que en la noche de bodas se nos compruebe la virginidad, pero a ellos ni se les pregunte si son vírgenes.

Estoy harta de que la sociedad entera y las familias me repudien si soy madre soltera, mientras que ni siquiera se busque al padre para exigirle la misma responsabilidad que se me exige a mí. El hijo es de los dos, la responsabilidad de criarlo es de los dos y si hay repudio debe de ser de los dos.

Estoy harta de no poder tener un novio o un marido no musulmán y de que el hombre, sin embargo, sí pueda tener una mujer no musulmana.

Estoy harta de que no haya en Marruecos ni un solo partido político que promueva la igualdad legal hombre-mujer.

Estoy harta de que un hombre se crea que puede hacer conmigo y con mi cuerpo lo que quiera, como quiera y cuando quiera, sin tener en cuenta lo que yo quiera.

Estoy harta de tener que vivir en países no musulmanes para poder vivir una vida normal, digna y humana.

Estoy harta de que un hombre (sea mi hermano, mi marido, etc.) que tiene el mismo nivel de incultura que yo, mande siempre sobre mí.

Estoy harta de este conformismo de la mujer que por otro lado entiendo, pues el hombre nos ha cortado la lengua y matado la voluntad.

Estoy harta de que los hombres estén ciegos y sean tan desagradecidos: ¿acaso no ven que todos nacieron de mujer?; ¿es que no saben que viven gracias a que una mujer, en su vientre, los alimentó con su propio cuerpo, con su propia sangre, con el calcio de sus huesos?

Estoy harta de todas aquellas personas que impiden que la legislación equipare al hombre y a la mujer.

Y, a pesar de estar harta, estoy orgullosa de ser mujer.
Fuente: cooreodiplomatico..com

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