sábado, 9 de septiembre de 2017

El complejo mediático-tecnológico-militar-industrial. Justin Schlosberg-



La invisibilidad es la pieza clave de la radical idea del poder que desarrolló en 1959 el sociólogo estadounidense C. Wright Mills. Según este, el poder concentrado en las democracias capitalistas tardías era invisible y ya no se hallaba en las decisiones y los conflictos observables de la política partidista cotidiana.1 Dos años después, esa misma idea quedó plasmada en el concepto del ‘complejo militar-industrial’, articulado por primera vez por el entonces presidente republicano de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower. En su discurso de despedida, en 1961, Eisenhower pronunció una célebre advertencia dirigida al pueblo estadounidense:

“Debemos evitar que el complejo militar-industrial adquiera una influencia injustificable, sea buscada o no. Existen y existirán circunstancias que harán posible que surjan poderes en lugares indebidos, con efectos desastrosos.”
 
[...]  No obstante, si lo analizamos con más detenimiento, el panorama está mucho menos fragmentado de lo que parece. En las páginas que siguen, analizaremos la confluencia de intereses general y latente entre distintos actores de la economía de la información, así como las pruebas que apuntan a una dinámica cada vez más intensa de alianzas y colaboraciones que alcanza incluso al complejo militar-industrial. Si bien la composición de la élite que ostenta el poder varía, de forma inevitable, en función del lugar y la época, las características esenciales de las puertas giratorias, las estrechas relaciones sociales y las alianzas estratégicas siguen siendo tan pertinentes hoy en día como lo eran en la década de 1950.

 

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