La guerra lo destruye casi todo. No solo la vida de quienes luchan en cualquiera de los bandos en conflicto, sino también la cotidianidad de aquellos que deben abandonar sus hogares en busca de zonas más seguras. Es una ruptura, un antes y un después en la biografía de las personas que sufren sus consecuencias. Sin embargo, aunque para muchos signifique el fin, para otros es el comienzo de algo nuevo. La vida de quienes huyen no se detiene. Huir de la guerra no es ni mucho menos una experiencia fácil y segura. Quienes cruzan las fronteras de sus países se arriesgan a sufrir nuevos abusos y violaciones mientras encuentran un lugar seguro. Es una travesía marcada por la incertidumbre, la falta de garantías y las escasas perspectivas de futuro. Los campos de refugiados suponen un respiro para quienes se alojan allí. Sin embargo, la crisis que se vive hoy día está suponiendo un gran reto tanto para aquellos que gestionan estos campos como para los que buscan refugio en ellos. La sobrepoblación y la escasez de recursos son algunas de las dificultades a las que se tienen que enfrentar.
ÍNDICE
El amor, otra forma de sobrevivir al exilio
Encontrar el amor en un campo de refugiados
Nueva vida para Moussa y Zara en Dar es-SalamLa hora de los reencuentros
México, el refugio para Lucky y MonaEn busca de un nuevo lugar
Francis y Elizabeth, amigos de la infancia
Un lugar para Subhi Nahas
Minear y Khoula, del otro lado de la frontera
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