Las encuestas son una herramienta poderosa e imprescindible para medir estados de opinión, percepciones o experiencias de un colectivo, como puede ser la población de un determinado territorio, pero también la clientela de una empresa, los usuarios de un servicio, la audiencia de un medio, etc. Sin embargo, demasiadas veces este propósito se ve desvirtuado – en ocasiones incuso intencionadamente con fines manipuladores – por un diseño inadecuado del cuestionario, una muestra no representativa, un análisis incorrecto o incompleto de las respuestas o una interpretación errónea de los resultados en los medios de comunicación, como ilustraremos a través de una serie de sencillos ejemplos que cubren los problemas más típicos.
Fuente: Artículo de Ansgar Seyfferth (@ASeyfferth) comunicaliza.wordpress.com
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