En la actualidad el discurso de preocupación por los “ni-ni” sitúa a los jóvenes como promesa de un país mejor a la vez que deposita en ellos el origen de los fracasos sociales. El argentino Marcelo Urresti, sociólogo e investigador de las culturas juveniles, analiza cómo se gestó el proceso de criminalización de la juventud a partir de los años 60 y cuán influyentes pueden ser el Estado, la Policía y las instituciones educativas en esta construcción. Urresti fue el conferencista invitado el viernes en el simposio “Miradas hacia las culturas juveniles”, en el que participaron sociólogos y docentes uruguayos.
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Fuente: ladiaria.com
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