El día 3 de marzo de 1976, unos hombres fueron asesinados por la policía en la iglesia de San Francisco de Asís, de Vitoria, en lo que ha pasado a la historia como uno de los mayores actos represivos acaecidos durante la Transición española. Quizás el acto represivo por excelencia. Horas después de los hechos y sumido en la rabia y el horror que esto le causaba, Lluís Llach compuso una de sus canciones más emblemáticas, Campanades a morts, en homenaje a los que les fue arrebatada vilmente la vida.
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Fuente: anatomíadelahistoria.com
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